domingo, 24 de junio de 2007

DESESPERACION... LLAMA DESDE TU RED FIJA 155 700 07 07


Comienzo a correr como si corriendo sin parar se fuese a gastar el dolor que llevo por dentro, como sin con cada paso dejo atrás un poco de ese peso que no me deja respirar.
El cielo esta cubierto de nubes y el frío golpea mis manos haciéndolas sangrar; los árboles no tienen hojas y el césped es de color amarillo como si se hubiese quemado; el invierno hace peor mi tristeza.
No se a donde ir, solo se que no puedo detenerme, pues en el momento que lo haga recuperare la conciencia de mi dolor.
¡Que confusión! que terrible es tener un problema y no saber donde buscar la solución, donde encontrar respuestas.
Miro al cielo esperando ver una señal o me volteo rápidamente esperando agarrar desprevenido a mi ángel guardián, pero no los veo y me siento con más ganas de correr como si en algún momento del camino lo fuera a encontrar.
Me siento cansado pero ello no mitiga el dolor.
Quisiera encontrar algo que me haga perder la conciencia, que me aísle de la realidad.
Si por un golpe de suerte olvidara todo mi pasado y tuviera la oportunidad de comenzar de cero... pero también olvidaría los momentos alegres y a las personas que me han querido.
Corro y corro paso por el lado de algunas personas que sonríen, ¿cual será la razón?, quizás ellos en algún momento también tuvieron problemas, ¿como los habrán superado?
Me avergüenza reconocer que he pensado en soluciones drásticas, mi mente de la cual me sentía orgullosa ahora esta nublada, se que en alguna parte esta la respuesta pero no la encuentro.
Sigo corriendo, mis energías se comienzan a agotar, no puedo detenerme,¡¡¡ no puedo!!! Necesito continuar hasta que en algún momento me de cuenta de que he olvidado el porque comencé a correr.
Me siento abandonada, todos lucen indiferentes al dolor ajeno... pero ellos no saben que sufro. ¿En algún momento alguien se dará cuenta que lloro? ¿ Me detendrán para ayudarme o para ofrecerme un abrazo que necesito tanto?
Pero me doy cuenta, la solución no esta en ellos, esta en mi, tengo que encontrarla...
Me pregunto: ¿que pensaré en el futuro cuando recuerde esto?
Lo inevitable llega, debo detenerme y al hacerlo me doy cuenta que el dolor sigue aquí y ahora tengo que emprender el camino de regreso, cansada y aun dolida, pero, finalmente no tengo que hacerlo, pues lo he imaginado todo y al volver a la realidad... Me doy cuenta que el sol ha salido.

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