jueves, 22 de julio de 2010

Pensamientos ....155 700 2000

Esperamos tanto de nuestras parejas, una entrega total, una vida donde queremos ser el centro de aquella persona que nos mantiene con un deseo constante de entrega y dejamos de pensar en nosotros. La vida era normal, con nuestras alegrías y sinsabores, pero podíamos vivir el día a día, trabajar, estudiar, hacer lo que realmente queríamos, sin tener que disponer de tiempos para nadie si nosotros así lo deseábamos.

Pero llega un día, en que aparece él, esa persona diferente, encantadora, que con solo una mirada nos sentimos desnudos y nuestro corazón se acelera cada vez que lo volvemos a ver, logramos nuestro objetivo…ser parte de su vida, tener una relación o andar con el, y sin darnos cuenta vamos viviendo una vida que no nos pertenece, pues no hemos aprendido a separar nuestras prioridades de las de él, pero no logramos darnos cuenta, y así disfrutando esta nueva llegada nos vamos envolviendo en un mundo de ternura, afecto, amor…dejando atrás lo que antes fue importante para nosotros…nuestro espacio, nuestras amistades, nuestras propias decisiones y sin querer mirar mas allá nos alejamos de lo que antiguamente nos provocaba alegría, encuentros inolvidables de noches de copas y mantener nuestra mente en el trabajo o los estudios.

Muchos de estos encuentros de pareja tienen un gran final…la convivencia, el matrimonio, y la verdadera entrega de aquella persona que pensábamos no iba a aparecer nunca, y continuamos nuestra vida, pero ya en conjunto con él, logrando ordenar lo que nos importa y compartiendo nuestros mundos, muchas veces diferentes, pero aceptando y logrando una gran compatibilidad en el amor.

Como la vida no es un cuento de Hadas, también ocurre que no logramos esta afinidad y no alcanzamos a compartir ese gran final, y nuestras ilusiones se destruyen, y de un momento a otro nos damos cuenta que nuevamente estamos solos, pero no es esa soledad que teníamos antes de…, pues en esa soledad nos rodeábamos de amistades, proyectos futuros, y estábamos dispuestos a compartir cada día de manera distinta…y nos damos cuenta que hemos cometido el error de abandonar lo que teníamos por vivir una vida prestada, pero que ese instante la sentíamos tan nuestra y nos llevó a dejar nuestro pasado, nuestros amigos, nuestras noches de amigos, y comprendemos realmente que es la soledad, acompañada de la tristeza, de la desilusión, y nos empieza a sobrar el tiempo… los días y las semanas se hacen eternas, ya que por un lado esperamos que todo vuelva a ser como antes, que nuestra relación vuelva nuevamente a lo que era, y comenzamos a vivir lo que ya no podemos llamar vida…pues nos quedamos en casa por si él aparece, no soltamos el celular por si él nos llama, inventamos una excusa para poder escuchar su voz y este proceso que de alguna manera detiene nuestra vida, también nos hace daño, pues nos estamos permitiendo no avanzar.

Cuando una relación llega a su termino tenemos derecho a vivir el duelo, pues hemos perdido lo que mas amábamos en ese instante, pero debemos también estar abiertos a nuevas posibilidades, y cuando esta nuevamente llegue a nuestra vida, no debemos caer en errores, como pensar que nuevamente ocurrirá lo mismo, debemos dejar atrás nuestros temores y sobre todo no debemos comparar, pues cada ser humano es diferente al otro, cada sentimiento es distinto, cada proceso de amar es inmenso…pero no por eso cometamos las mismas faltas, sigamos nuestra propia vida única, perfecta , compartamos con nuestras amistades y de esa forma, lograremos mantener una mejor relación, pues no es necesario, como dije anteriormente, vivir la vida de nuestra pareja, ya que eso no es amor es dependencia y volveremos a fracasar.

No permitamos que nuestras falencias nos detengan….no permitamos que nuestros sueños detengan nuestra vida, somos independientes y únicos y vivamos y disfrutemos como si fuera el ultimo día